Protección solar y niños: Eduquemos desde niños en hábitos de fotoprotección saludables

Protección solar y niños: Eduquemos desde niños en hábitos de fotoprotección saludables

  • 09/06/2022

Llegó el momento de disfrutar de los días de sol haciendo actividades al aire libre. Y si bien el sol tiene muchos efectos beneficiosos para la salud (regula nuestros ciclos del sueño, nos aporta bienestar, es necesario para la síntesis de vitamina D), no podemos olvidar que también tiene su lado oscuro, con efectos perjudiciales:

  • A corto plazo: insolación, quemaduras, queratitis oculares, inmunosupresión
  • A largo plazo: fotocarcinogénesis y fotoenvejecimiento 
     

La infancia es una etapa de especial vulnerabilidad al daño solar por tres motivos principales: 

  1. Los niños pasan muchas horas expuestos al sol, practicando deporte y ocio al aire libre. 
  2. Su piel es mucho más delicada que la de los adultos y la radiación ultravioleta (UV) penetra con mayor facilidad. 
  3. Una quemadura solar puede tener repercusiones importantes para la salud en la edad adulta, ya que la piel tiene memoria y el daño causado por la exposición a los rayos UV se acumula a lo largo del tiempo. 
  4. La mejor forma de protegerse del sol, y poder disfrutar toda la familia de actividades al aire libre, sin poner en peligro la piel, es incorporar hábitos eficaces de protección solar.
     

10 Hábitos foto saludables que podemos potenciar desde la infancia:

  1. Evitar la exposición solar directa en niños menores de 6 meses. En esta etapa no se recomienda utilizar ningún fotoprotector de forma regular, su piel es aún inmadura y estructuralmente más fina de lo normal, lo que podría provocar que algunas sustancias químicas de los fotoprotectores se absorban.
  2. Limitar la exposición solar en horas centrales del mediodía.
  3. Aplicar el protector solar de 15 a 30 minutos antes de la exposición solar.
  4. El mejor fotoprotector para niños sería uno con índice de protección solar alto (SPF50), que cubra un amplio espectro (radiaciones UV A y B), mínimamente irritante, que no se absorba, que no irrite los ojos, duradero y resistente al agua. De modo genérico, en la edad pediátrica es preferible usar fotoprotectores con filtros inorgánicos (los llamados filtros físicos) para minimizar los riesgos de sensibilización y toxicidad. Los filtros inorgánicos como el óxido de zinc y el de titanio son muy fotoestables, no se absorben y no provocan reacciones alérgicas, pero tienen el inconveniente de ser poco cosméticos (dejan una película blanca al aplicarlos). Aunque en los últimos años este inconveniente se ha solucionado gracias a la nanotecnología que ha conseguido la producción de moléculas más pequeñas haciendo que estos filtros físicos mucho más cosméticos. 
  5. De nada sirve tener un buen fotoprotector si luego no aplicamos la cantidad adecuada y con la regularidad necesaria 
  • a. Deberían aplicarse 2mg/cm2 para asegurar una fotoprotección correcta. Como es complicado determinar esta cantidad, se ha desarrollado la “regla de los dos dedos”. Consiste en aplicar 2 dedos de productos en cada zona del cuerpo: 2 dedos en cara y cuello, 2 dedos en cada brazo, 2 para cada pierna, 4 dedos en el torso y 4 dedos en la espalda.
  • b. Volver a aplicar crema cada 2 horas, después de cada baño o tras ejercicio físico que provoque mucho sudor.

 

     6. Otras formas de protección solar a las que deberían acostumbrarse son usar barreras físicas como: ropa con factor de protección, gafas de sol y sombreros (mejor alados ya que cubren orejas y nuca). Para medir la efectividad de los tejidos para frenar el paso de los UVA y UVB, se ha creado el índice  UPF (UV Protecting Factor). Se clasifica en protección buena (UPF 15-24), muy buena (UPF 25-39) y excelente (UPF 49-50+). Un UPF 50+ indica que como mucho 1 de cada 50 rayos UV atraviesa el tejido, lo cual supone más de un 98% de protección.

     7. En adolescentes desaconsejar las cabinas de bronceado (rayos UVA)

     8. No usar protectores solares que hayan pasado la fecha de caducidad.

     9. Colocar sombrillas o buscar sombras en los espacios abiertos. 

     10. Es importante hidratarse bebiendo agua con frecuencia y aplicarse crema hidratante sobre la piel tras la exposición solar. 

La forma más efectiva de promover e incorporar hábitos saludables para una exposición solar responsable es actuar desde la infancia. Educar a los niños en hábitos adecuados de fotoprotección es la mejor forma de evitar los riesgos asociados a la sobrexposición solar y es responsabilidad de profesionales de la salud, familia y educadores. Porque si enseñamos a un niño a tener un estilo de vida saludable desde bien pequeño es bastante probable que le acompañe durante el resto de su vida. 

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ETIQUETAS: Niños , Salud


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